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sábado, 30 de noviembre de 2013
martes, 5 de noviembre de 2013
¡Libérate de la Culpa!
La primera vez que impartí el curso Libérate de la Culpa me llamó la atención que se sobre pasó el aforo, la segunda vez fue lleno también pero ya en la tercera convocatoria fue cuando me saltó la alarma, no sólo venían muchas personas a quitarse el sentimiento de culpa sino que además te pedían con importante urgencia medios con los que quitársela.
De hecho es una de las emociones más antiguas de nuestro sistema
límbico, desde esa ocasión en que nos dijeron niño/a malo/a tenemos esa semilla
germinando y alimentándose en nuestro interior pero ¿esa culpa es nuestra?. El
mensaje implicado en la culpa es: "Hice algo malo". Esta emoción nos
lleva a la vergüenza, la depresión, la ansiedad, lástima de uno mismo, e
inconscientemente estamos buscando nos castiguen.
Con el fin de profundizar un poco más en cómo nos afecta la culpa
realicé una breve encuesta en Facebook para reconfirmar su importancia en
nuestra actualidad y una vez más se confirmó que la culpa es un ingrediente más
de nuestra vida, de hecho si buscas la palabra culpa en Internet te saldrán en
torno a 112.000.000 resultados y si buscas inocencia te saldrán unos 3.920.000
resultados ¡se habla 96 veces más de culpa que de inocencia! Y luego en las
sesiones de coaching las personas que acuden se lamentan de la losa que llevan
encima, cuando lo que es verdaderamente milagroso es que no la lleven, que
realmente vayan contra “la norma”, pero librarse de la culpa es posible y vamos
a ver cómo.
Para ello vayamos definiendo y concretando, ya que muchas veces confundimos términos.
Para ello vayamos definiendo y concretando, ya que muchas veces confundimos términos.
Vamos a diferenciar vergüenza y culpabilidad ya que en algunas
ocasiones confundimos ambos sentimientos, mientras la vergüenza está sujeta a
la opinión de los demás –si consideramos que nos estamos a la altura, el qué
pensarán de nosotros- la culpa depende de sentir que le hemos hecho un
perjuicio a alguien –sea real o no lo sea-. ¿En la culpa en la que tu estabas
pensando cuál es el ingrediente principal: la opinión de los demás o sentir que
le has hecho mal a alguien?.
Pero además se hace imprescindible seguir definiendo ya que aunque no
lo creamos a priori, la culpa, como todas las emociones que sentimos, tiene un
mensaje positivo. Para ello vamos a diferenciar entre la culpabilidad sana y la
culpabilidad mórbida.
La culpabilidad sana es la que procede de una falta real, objetiva, es
la voz interior que nos incita a respetar las reglas y que nos castiga al
infrigirlas. ¿Te has saltado las reglas?, entonces tendrás que pasar por éste
sentimiento de culpa que se terminará disolviendo.
En cambio la culpabilidad mórbida es sentirte culpable por algo
subjetivo, nadie te ha dicho que le hayas hecho daño, no te has saltado ninguna
norma pero tu te sientes mal, te sientes culpable ¿te suena el hecho de
sentirte culpable por decir que no a alguien?, ¿por no haber acompañado a tu
madre a algún sitio?, ¿por no ir a recoger a tus hijos al colegio?, ¿por no
estar en casa para la cena?.
La culpabilidad mórbida aparece en situaciones en las que creemos que
vamos a herir a los demás, creemos.
Vamos a hacer un pequeño ejercicio:
Identifica situaciones en las que te sientas culpable. Apunta quién se
sentirá (o se siente) herido por tu causa, y debido a qué.
¿Pero somos realmente capaces de hacer infeliz a los demás?, ¿alguien
es lo suficientemente capaz de hacernos totalmente infelices a nosotros?
Desglosa algunas situaciones en las que pienses que no eres feliz
debido a los demás y ¿en cuáles eres feliz gracias a los demás?, ¿si una
persona te dice que te quiere te hace feliz?, y si te lo dice alguien a quien
tu no aprecias ¿te hace feliz?, realmente ¿qué te hace feliz la situación o la
actuación de la persona o lo que tu piensas y sientes por esa persona?
No es posible que los demás te hagan infeliz, como mucho podrán
contribuir a tu infelicidad ¡si se lo permites!
Para llegar a éste punto es importante identificar “la
culpabilización” es decir quién es el responsable de éste sentimiento y
practicar una formulación sana y equitativa en el reparto teniendo en cuenta
que soy el responsable al 100 % de lo que hago, digo, pienso y siento y los
demás son responsables al 100 % de lo que hacen, dicen, piensa y sienten.
¿Tú eres el responsable de que se cumpla o no el objetivo de la
situación?, si la respuesta es no ¡enhorabuena! esa culpa ya no es tuya y si la
respuesta es sí felicidades porque ahora puedes elegir que reacción tener ante
dicha situación.
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